
Observatorio ciudadano de política Educativa de Educación 2020
¿Cómo transitamos hacia una real profesionalización docente en las escuelas? La clave estaría en la “colaboración”, con un sistema educativo sólido y transformador, donde el foco son los estudiantes y docentes
Hace unos días se inició un nuevo proceso de Evaluación Docente, y es innegable que en las escuelas comienza a rondar un ambiente de “tensión” entre los docentes, dada la carga laboral que implica trabajar en educación. Actualmente coexisten dos sistemas evaluativos para los docentes: La Evaluación Docente, obligatoria para docentes del sector municipal y SLEP que incluye portafolio, autoevaluación, evaluación par e Informe de terceros; y El Sistema de Reconocimiento (2016) asociado a la Carrera Docente, que busca que el docente realice un recorrido de desarrollo profesional, valorando la trayectoria, experiencia y conocimientos alcanzados.
En la actualidad este sistema evaluativo se ha transformado en un sistema competitivo, basado en un sistema de recompensa económica y que implica más horas de trabajo en casa. Entonces vale preguntarse ¿está diseñada esta política para una real profesionalización docente? ¿O hay elementos que aún no se toman en consideración para iniciar una transformación educativa desde la base del gremio docente?
Consideraré primero la necesidad de mejorar la formación inicial docente para formar un sistema educativo de calidad y sólido desde sus bases. Al tener un cuerpo docente capacitado, fortalecido, respetado y legitimado, que plantee desafíos pedagógicos y esté en búsqueda constante de transformaciones educativas desde la convivencia. Como dijo Humberto Maturana “Educar es convivir. La o el educando se transforma en la convivencia con el educador/a”.
Entonces ¿cómo transitamos hacia una real profesionalización docente en las escuelas? La clave estaría en la “colaboración”, con un sistema educativo sólido y transformador, donde el foco son los estudiantes y docentes. La colaboración abre espacio a la responsabilidad, el compromiso y, sobre todo, a una visión en conjunto. No obstante, la carrera docente invita a un sistema individualista que carece de colaboración, excepto por el módulo “Trabajo colaborativo” donde se presenta un tímido esbozo.
El sistema de Desarrollo Profesional Docente tiene un plan de implementación de 10 años (2016-2026), y busca fortalecer la formación inicial aumentando requisitos de ingreso a las universidades y la acreditación para las universidades que forman profesores. También busca fortalecer las trayectorias profesionales, aumentando el salario progresivamente (algo importantísimo para revalorizar la función docente) y el ingreso a puestos de liderazgo. Pero además tiene como foco la formación continua docente, y es en este aspecto donde se visualiza una necesidad importante: dar relevancia a la colaboración, como formación continua en nuestros establecimientos, con un desarrollo profesional justo, equitativo y en igualdad de oportunidades para todos los docentes del país, con énfasis en el trabajo en conjunto en las denominadas “Comunidades de Aprendizaje Profesional”.
Este 2023 toma mayor relevancia relativa el módulo de trabajo colaborativo, dada la suspensión del módulo de clase grabada. Esto es una oportunidad para dar un giro hacia una política más dinámica, que legitime a los docentes que trabajan colaborativamente y, en conjunto desde la convivencia, progresen de acuerdo a la forma en que se relacionan y aprenden, profesionalizando así al gremio docente de forma auténtica.







